¿Cómo viajamos por el sendero de nuestra vida?

Por el sendero de la vida,  ¿viajamos desde una mirada de Turista o desde una mirada de Explorador?.

No trato de juzgar que es mejor ni peor bajo nuestra mente dualista… En realidad, todos estamos en los dos sitios, simplemente es lo que hay… 

Cada uno, bajo su responsabilidad, inclina la balanza a medida que avanza por el sendero de su día a día, hacia un lugar u otro. 

La mirada de turista es una mirada externa, en la que vivimos casi todos durante nuestra gran parte del día, es la mirada a través de una cámara de fotos, por la cual vemos a través de la lente de lo que cada uno cree que es.

La mirada de Turista es nuestra mirada ilusoria a través de nuestras creencias limitantes, juicios, estados emocionales, educación y el histórico de vida de cada uno.

Es la mirada del apego a todo, de lo mío, lo tuyo, lo suyo y lo de los demás.

Como he dicho antes, no trato de juzgar, todos somos a la vez Turistas de paso y Exploradores de paso. 

Lo peligroso viene cuando avanzamos por nuestro sendero de vida con todo el peso de balanza inclinada hacia la parte de la mirada de Turista… olvidándonos o ni siquiera sabiendo que también somos Exploradores. 

El turista, por lo general, no se adentra a perderse por los angostos y oscuros callejones de los lugares que visita y prefiere la seguridad de lo conocido.

El turista, hace tantas fotos de todo, que al final del viaje no ha visto nada con sus propios ojos.

El turista, ha estado en tantos sitios a la vez,… que al final no conoce ninguno.

El turista, sabe de todo menos de uno mismo… incluso puede que transite por su camino hasta el final, solo habiendo conocido una fina y efímera capa de lo que es.

Pero al final cuando un día nos llega el momento de dejar este maravilloso mundo el Turista de forma muy natural se “da cuenta” y ese día deja la cámara de fotos en la mesita de noche… para morir y sentirse, por unos momentos todavía en vida, el Explorador que es…

Es curioso, que son pocas las personas que deciden descubrir que también son Exploradores antes de que llegue el momento de dejar este maravilloso mundo para experimentar ese otro lugar en el que se manifiesta la vida “siendo” y no “solo haciendo” como un robot autómata.

A veces confundimos, y creemos que, darnos cuenta, o despertar es dejarlo todo y tirarse al abismo de… “a vivir… que la vida son dos días” o por el contrario retirarse a una montaña lejana en la India. Eso si… sin olvidar la cámara fotos para iniciar otro viaje que te lleva al mismo punto de partida.

El sendero del Explorador no queda tan lejos. Está ahí mismo sin moverte siquiera de casa. 

El sendero del Explorador se inicia cuando dejas la cámara de fotos en el cajón para dejar de ver a través de su lente.

Ya lo dijo Manuel José Carpintero uno de los 50 Exploradores más influyentes del mundo cuando le preguntaron si quedaba algún lugar remoto por explorar en el planeta tierra y contestó: tal vez nosotros mismos. 

¡Ese es el inicio del sendero del Explorador!

Adentrarse en este otro lugar requiere valentía y perseverancia, requiere olvidarse de la cámara de fotos… al menos por unos instantes. 

Pero claro a través de su lente en el menú del día a día, hay miles de “cosas” más suculentas e interesantes que “hacer” para un Turista que Sentarse, Sentirse y Descubrirse.

Incluso por “hacer” que no quede… el Turista dice,  aunque no me guste eso que estoy “haciendo” mejor eso, que parar a “sentirme”,  que  parar a “descubrime”… no vaya a ser cosa que no me guste lo que veo sin mi cámara de fotos ó por el contrario me guste tanto que abrume. Para el Turista,… el león,…. mejor verlo desde lejos a través de la cámara.

Algunos prueban la senda del Explorador pero abandonan pronto porque “sienten” y el sentir a veces es incómodo, otros están haciendo tantas fotos con su cámara que ya “no sienten”. 

Cuando uno decide dar un paso y transitar por el sendero con una mirada de Explorador,  inicia un camino hacia una mirada Interior de Autodescubrimiento.

El explorador sale de su zona de confort para vivir, sentir, y relacionarse con las aventuras que acontecen a lo largo de su vida sin la protección de su cámara de fotos. 

El explorador se sale del camino…

para empezar a experimentar qué ocurre cuando No vive bajo la dualidad de todo lo que le rodea,…

para experimentar el No juicio compulsivo y banal,…

para experimentar la unidad y el desapego de lo mío y lo tuyo… 

para reconocer a su ego que no es más que esa cámara de fotos con la que ha estado mirando a través de su lente…  

Todos somos Turistas “hacedores compulsivos de fotos”, pero si de vez en cuando dedicamos unos instantes a la mirada de explorador, esa que equilibra la balanza, nos regalará una dosis de conciencia para vivir desde el ser. 

Y por último me cuestiono…

¿Como voy a usar los instantes de vida que tengo? Pues no lo sé… no tengo respuesta… pero mientras tanto seguiré inclinando la balanza con la mirada de explorador…  Feliz día de presencia, te abrazo, te acompaño.

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