Llevamos 9 meses trabajando con un ritmo totalmente diferente al que conocíamos. Algunos han descubierto el mundo virtual, otros lo han aumentado y en definitiva nos hemos sentido empujados a pasarnos, lo que nos parecen horas interminables delante de una pantalla y metidos en una habitación,..

Este cambio brusco, inesperado, unido a la incertidumbre nos está creando una pesadez extrema en nuestro cuerpo que tan solo evoca más dolor y más tensión interna. En realidad, la mayoría de nuestras casas no están preparadas para reconvertirse en oficina y creamos malos hábitos que ya nos están empezando a pasar factura en nuestras emociones y en nuestro malestar físico.

Ante tal escenario te propongo algunos sencillos ejercicios que te ayudarán a descargar peso, relajarte y crear apertura interna para una nueva jornada. Lo más delicado es que sobrepases tus límites físicos (horas de sueño, malas posturas, mala iluminación del espacio,…) o incluso emocionales (irritación, cansancio mental, saturación, ansiedad,…) así que…. esto es lo que te propongo:

Atención plena en tu jornada

Antes de empezar tu jornada, justo antes de encender el ordenador, toma 3 respiraciones profundas y lleva tu atención al aire que inhalas y exhalas, al aire que entra y sale de tu nariz. A la vez que inhalas, cuentas del 1 al 4, a la vez que exhalas, regresas del 4 al 1.

Atiende lo importante

Revisa tu agenda del día y planifícate antes de empezar a leer ningún correo o atender a llamadas que te puedan desviar de los asuntos realmente importantes del día. Atender lo urgente no es siempre el mejor camino. Es mejor tomar decisiones en base a lo importante.

Sintetiza reuniones, reduce conversaciones, unifica tareas , trata de simplificar cada acción que tomes. aprovecha la tecnología para automatizar tareas y no dedicar tanto tiempo en reuniones largas e interminables. 

Sonrisa

Antes de ponerte a leer los correos electrónicos, ejercita tu rostro y antes de saber quién te ha escrito o qué te han escrito, simplemente, sonríe. 

No entres en juicios ni creas que ya sabes lo que vas a recibir, simplemente sonríe y a continuación, disponte a leer el primer mail. Haz lo mismo con el segundo, el tercero y así cada vez el mismo gesto con cada tareas que tengas que realizar,

Haz pausas, muévete

No es recomendable estar horas y horas, en la misma postura delante de la pantalla. Si tienes que hablar por teléfono, te recomiendo que te muevas, camines por la habitación. A la vez que hagas un break de aquello que estés haciendo, como mucho, cada 90 minutos. Toma la premisa que por cada 50 minutos de estar frente a la pantalla, deberías moverte entre 5 y 10 minutos.

Realiza estiramientos de cuello de brazos, asómate a la ventana, prepárate un té o simplemente bebe agua. Es importante, para la mente descansar y realizar pausas. sería ideal que en esta pausa, volvieras a realizar las respiraciones indicadas en el punto uno, luego sonrías y a continuación procedas con lo que estabas haciendo. Son pausas regeneradoras. 

Tú también importas

En toda esta situación, no te habrás olvidado de que tú eres lo más importante, ¿verdad? si tú fallas, gran parte de tu proyecto personal y profesional falla, así que, por favor, cuídate, dedícate un tiempo al día. Es tu momento. si es necesario, concreta una reunión contigo mismo/a en tu agenda. Una reunión a la que no puedes faltar. Bloquéate esos 30 – 60 minutos para ti. No para hacer cosas del hogar o de tu familia, sinó, sencillamente para ti. El autocuidado es una de las grandes premisas que trabajamos en mindfulness. Autocuidado pasa por dedicarte, regalarte tiempo, que también lo mereces y además será la fuerza, el motor, la motivación e ilusión para continuar con los otros proyectos que estés llevando a cabo.

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