Mi perro, mi hijo, mi marido , mis amigos, mi casa, mi coche, Yo… yo … mi…mi, mi,……

Vivimos desde la preocupación contínua porque nos han enseñado a vivir en una sociedad de pertencia …y así pues pensamos que todo nos pertenece…  para siempre…

Cuando la realidad …es que, en la vida no hay nada nuestro ni nada nos pertenece…  ya que todo inexcusablemente va tener un final…y un principio…

Esa en una gran contradicción que debemos comprender cuanto antes mejor para dejar de sufrir y dejar de vivir en la preocupación constante…el paso de miedo pero una vez integrado se empieza a sentir de verdad.

Si acaso hay algo tuyo… eso es solo … el placer de experimentar y sentir desde la presencia que eres hoy.  Nada más… 

Experimentar y disfrutar sin apego teniendo siempre la consciencia de la impermanencia.

Si vivimos constantemente en el yo posesivo… en lo que yo creo que es mío y me pertenece  estamos aferrándonos a la inmovilidad…encarcelándonos en algo imaginario. Llenando una mochila gigante de piedras que pesan mucho y con la que hay que cargar…

Nos estamos engañando porque en realidad no podemos poseer nada para siempre y todos lo sabemos pero pocos vivimos desde esa consciencia.

Por el contrario, SÍ puedes disfrutarlo, amarlo desde la consciencia , desde la presencia y la magia de que todo es efímero.

Si ponemos toda nuestra existencia en lo que tenemos podemos acabar por no existir…

El acto de amor, libertad y compasión más grande que podemos darnos es crear ese espacio de consciencia para ti mismo y los demás…. Sabiendo que un día, eso que tal vez ames tanto ó te guste  tanto, acabará… Sólo desde ahí lo podrás vivir sin interferencias ni filtros porque desde ahí lo vivirás desde la presencia y amor… 

Como una puesta de sol, que disfrutas desde la presencia durante unos pocos minutos segundo a segundo…pero sabes que no la puedes poseer… ni es tuya…y que en pocos minutos ya no la verás …pero en vez de sufrir o preocuparte te quedas mirándola desde la presencia y disfrutándola… así es momento a momento todo lo que nos acontece.

Cada pequeña acción podemos vivirla desde ahí …lo que nos produce placer no es nuestro y tampoco lo que nos produce dolor…solo lo experimentamos. Si lo queremos poseer acaba por poseernos a nosotros.

Si tu vida es amor sin poseer… eres mucho más libre. 

Si vives desde la posesión y vives continuamente en el otro para existir, tu “yo” vivirá continuamente desde la preocupación y el sufrimiento…

¿Qué opinas? ¿Sientes lo mismo? Feliz día de Presencia

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